Los Labradores son perros que destacan por su comportamiento cariñoso y bondadoso. Desde cachorro, el labrador cachorro muestra una energía inagotable, curiosidad y ganas de agradar, lo que los convierte en compañeros ideales para familias activas. A continuación, algunas de sus principales características:
Altura: machos entre 56 y 60 cm, hembras entre 55 y 58 cm
Peso: machos entre 29 y 36 kg, hembras entre 25 y 31 kg
Pelaje: doble capa corta y densa, resistente al agua, en colores negro, amarillo o chocolate
Esperanza de vida: entre 10 y 14 años
Los primeros registros de esta raza datan de finales del siglo XVIII en Terranova, Canadá (no en Labrador). Estos perros ayudaban a pescadores con redes en aguas frías. Y hacia principios del siglo XIX, estos perros fueron llevados a Inglaterra, donde se refinaron para crear la raza que hoy conocemos como Labrador Retriever, la cual fue oficialmente reconocida por el Kennel Club británico en 1903 y por el American Kennel Club en 1917.
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Los perros Labradores son increíblemente amigables, activos, juguetones y sociables. Les encanta complacer, y esto significa que son muy fáciles de educar si empiezas desde su etapa de cachorro. Son leales y cariñosos con niños y otras mascotas, siempre que hayan sido bien socializados desde pequeños. Debido a su inagotable energía, necesitan ejercicio diario y estimulación mental. De otra manera, pueden volverse hiperactivos o destructivos.
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Existen básicamente dos líneas muy reconocidas: la “inglesa” (o de exposición) y la “americana” (o de trabajo).
El Labrador inglés es más compacto, robusto y tranquilo. En cambio, el Labrador americano es más atlético y con un impulso mayor hacia el trabajo activo. Aunque comparten muchos de los rasgos característicos, estas diferencias físicas y de temperamento ayudan a elegir el labrador ideal según tu estilo de vida.
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Los perros labradores son glotones por naturaleza, lo cual hace que sean propensos a la obesidad si no controlas sus porciones. Lo ideal es darles comida de calidad, completa y balanceada, dividida en al menos dos comidas al día, y consultar al veterinario para ajustar la cantidad según la edad y el nivel de actividad. Algunos incluso recomiendan dar comidas más frecuentes para evitar problemas digestivos o distensión abdominal.
Tienen un pelaje corto y denso, con doble capa que repele el agua y los protege del frío. En general, es fácil de mantener, por lo que un cepillado al menos una vez por semana estaría bien. Durante la época de muda (primavera y otoño), deberás hacerlo varias veces a la semana. Si vas a bañarlo, procura revisar y limpiar sus orejas, también cortar sus uñas regularmente y cepillar sus dientes con frecuencia.
Los Labradores son perros que requieren mucho ejercicio físico: al menos dos horas de actividad diaria, ya sea caminatas, carreras, juegos o natación. Les encanta el agua (son nadadores natos) y responder bien a deportes caninos como dock diving o actividades que les den un “trabajo” que hacer.
En general son perros sanos, con una esperanza de vida de entre 10 y 14 años. Aun así, pueden presentar predisposición genética a la displasia de cadera y codo, problemas oculares como atrofia progresiva de retina o cataratas y obesidad. Considera también que algunos ejemplares, como los de color chocolate, tienen menor esperanza de vida y más problemas. Por eso es siempre es importante visitar al veterinario periódicamente para detectar y manejar enfermedades de forma temprana.
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La raza de perros Labrador no suele estar entre las más caras del mercado. Pero es verdad que al ser una raza tan famosa y solicitada existe una gran variación en el rango de precios. Factores como el criadero, el pelaje y el nivel de adiestramiento, entre otros, pueden afectar grandemente cuánto terminarás pagando. En líneas generales, espera encontrar labradores cachorros por entre $800 y $1500 dólares estadounidenses.
Este artículo tiene una finalidad informativa y no debe interpretarse como asesoramiento para el cuidado de tu mascota. Ante cualquier duda acerca de la salud de tu mascota, lo mejor es consultar a un veterinario calificado.